Por/ Paulino José Domínguez
La mujer que apagó la luz de un ícono busca salir de prisión, reavivando el dolor de una nación.
Treinta años después de un crimen que sacudió al mundo de la música, Yolanda Saldívar, la mujer que arrebató la vida a la reina de la música tejana, Selena Quintanilla-Pérez, ha solicitado su libertad condicional. La noticia ha desatado una ola de indignación y ha reabierto las heridas de una pérdida que aún duele profundamente.
En un motel de Corpus Christi, Texas, el 31 de marzo de 1995, la vida de Selena fue trágicamente interrumpida por un disparo. Saldívar, quien había sido su amiga y confidente, la asesinó en un acto de traición que conmocionó al mundo entero.
La joven cantante, de tan solo 23 años, estaba en la cúspide de su carrera y era considerada un símbolo de esperanza y empoderamiento para la comunidad latina.
La condena a cadena perpetua impuesta a Saldívar parecía ser un cierre a esta dolorosa historia. Sin embargo, la posibilidad de que la asesina pueda salir en libertad ha revivido el dolor de los fanáticos de Selena y de toda una generación que creció admirando su talento y carisma.
Red Nacional de Comunicadores (RNCD)
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